Conclusiones del Foro sobre prevención a la vinculación de niños, niñas y adolescentes al conflicto armado en Santander

 
PREVENCION AL RECLUTAMIENTO DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES EN SANTANDER.

SÍNTESIS




La guerra hace parte del haber histórico de la humanidad. Y tan antigua es la guerra como el uso de los niños y los jóvenes en la misma. Los niños y jóvenes por su condición de obediencia y por sus características físicas son una fuente de energía para el sostenimiento de los ejércitos en el tiempo.

El desarrollo de la humanidad se ha producido a partir de los conflictos; y según Vincens Fisas, la cultura del conflicto abarca aquello por lo que la gente lucha dentro de una sociedad, los rivales contra quienes lucha y el resultado de la contienda, también el como lucha la gente, cuáles son  sus rasgos de comportamiento más característicos cuando existen problemas de diversa índole. En las sociedades occidentales y contemporáneas insiste Fisas, la cultura del conflicto ha cimentado —y hasta sacralizado, los valores y prácticas como la competitividad (el esquema perdedor / ganador, en detrimento de la búsqueda cooperativa); la importancia de la acumulación de riqueza material (por encima de la búsqueda de riqueza espiritual, afectiva y moral); la racionalidad a ultranza (en desprecio de la emotividad); la preeminencia de los intereses y necesidades individuales (en desmedro de los intereses colectivos y la manifestación de solidaridad); la preponderancia del uso de la fuerza como manera de dirimir controversias (en lugar del  diálogo y la negociación, mecanismos que, incluso, son vistos como señal de debilidad); la hegemonización de los saberes (en contraposición a su democratización); la idea de que el ser humano es dueño absoluto de la naturaleza (en contra de un uso racional de los recursos ambientales); la exclusión y la intolerancia frente a la diferencia (en lugar de la tolerancia y la cultura de respeto mutuo).



 
Este es el contexto histórico - político,  desde el cual se desarrolla el conflicto interno en Colombia, manifestándose claramente como un conflicto legítimo y que posee un marco jurídico internacional sobre el cual se regula. Los actores armados legales e ilegales que actúan  en Colombia, se deben a estas normativas, las cuales hablan en especial del principio de distinción, que hace referencia al respeto y al no involucramiento de la población civil al conflicto, como tampoco al uso y utilización de bienes civiles como escuelas, centros deportivos, centros de salud etc.  Lo anterior es importante tenerlo en cuenta a la hora de realizar una lectura integral, sobre los hechos y situaciones que suceden alrededor de la vinculación de niños, niñas y adolescentes al conflicto armado, como también  para encontrar posibles salidas que permitan avanzar en la solución del problema.

 
Sobre la vinculación de personas menores al conflicto en Colombia: Una mirada nacional:

La Coalición contra la vinculación de niños, niñas y jóvenes al conflicto armado en Colombia “COALICO”, realizó una reflexión nacional sobre el tema en diferentes departamentos de Colombia: Santander, Cauca, Putumayo, Cundinamarca entre otros, que les permitió reconocer diversas causas que originan el ingreso o la vinculación de menores al conflicto, también les ayudo a descubrir diversas alternativas y experiencias de trabajo para el tratamiento del problema. Igualmente lograron identificar el  conjunto de implicaciones que tiene para la vida de los menores el actuar de unos y otros actores armados, dejando claro que la diferenciación del lenguaje no es suficiente para no incurrir en el reclutamiento o no de menores al conflicto, sino que esta se produce desde diversas maneras, aún que parezcan inofensivas.
 
Afirman las organizaciones sociales partes de la COALICO, que en efecto, la vinculación de niños, niñas y jóvenes al conflicto armado en Colombia incluye el porte de armas, pero no se limita a este aspecto.  Los grupos armados cuentan igualmente con personal de apoyo cuyas labores pueden ser muy variadas: cocina o ranchería, compra de suministros, labores de inteligencia, mensajería o correo, compañeros y compañeras sexuales de los jefes de tales grupos, encargad@s del reclutamiento de otros jóvenes, fabricación de minas antipersonales, cuidado de secuestrados, etc.

Que todos estos niños y niñas sufren igualmente las consecuencias del conflicto armado, la guerra se les convierte en una forma de vida y experimentan las múltiples privaciones propias de los conflictos; sus efectos psicosociales, profundos y a largo plazo, están aún por determinarse. El uso de los niños como soldados los expone a los peligros de la muerte o a ser heridos en combate.  Pero la vinculación de niños y niñas a algún grupo armado también los expone a la muerte o a recibir heridas al tratar de escapar, al desobedecer órdenes, o al no tener la capacidad de obrar como se les pide.  Todos y todas están expuestos a otras violaciones de sus derechos como la tortura, el abuso y la explotación sexual, la detención prolongada y la separación de sus familias.  Se les niega su derecho a la educación y están expuestos a daños en su salud, maltrato, drogadicción y alcoholismo. 


Sobre otros hechos, descubrió la COALICO en su trabajo, que en Colombia, a los niños y niñas las fuerzas paramilitares los llaman "campanitas" porque son usados como reloj de alarma;  a los adolescentes,  el ejército los llama "chicos de acero", y a los niños y niñas "pollitos de acero", a quienes en muchos casos uniforman para ejecutar acciones cívicas, la guerrilla los denomina "abejitas", y los milicianos "carritos", que todos los grupos los utilizan, aunque no exclusivamente como combatientes [1] 

También y con respecto a las fuerzas armadas estatales, en ponencia presentada  por Maria Cristina Salazar ante la Conferencia sobre la Utilización de Niños como Soldados en Montevideo, tras de recordar que Colombia ratificó la convención de los derechos del niño en 1991, en la cual se reafirma que los menores de 18 años de edad no podrán ser incorporados a las filas para la prestación del servicio militar obligatorio  y que a pesar de la firma y aprobación de este acuerdo, se dan otras formas de involucrar a niños, niñas y jóvenes a través de programas cívicos o comunitarios, en donde si bien es cierto no participan en acciones militares, desarrollan actividades que los incorporan indirectamente, poniendo en grave riesgo sus vidas.
Bajar la totalidad del documento sintesis aquí. http://www.corporacioncompromiso.org/?apc=I1--83-83-&x=464      http://www.corporacioncompromiso.org/?apc=I1--83-83-&x=464

[1] Actualmente, aunque no puede considerarse "reclutamiento" como tal, las FARC están utilizando niños y niñas para acciones concretas contra el Ejército. 

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