Sí, la paz trajo menos violencia
generalizada en Colombia pero también se concentró en líderes sociales y
defensores de DD.HH. 2017 es un año lamentable teniendo en cuenta el incremento
del 32.5% en los homicidios contabilizando 106 asesinatos; 2018 parece
continuar en la misma tendencia con 18 asesinatos tan solo en Enero. El
Gobierno sigue expidiendo decretos que aún no se materializan sin saber si el
nuevo gobierno los engavetará. Los líderes de zonas rurales del país enfrentan
de nuevo una violencia focalizada que insiste en quedarse. Análisis de un año
que no queremos repetir.
Invitamos a leer el informe aquí:
Se
cerró un nuevo periodo presidencial de ocho años, y con él, el capítulo más esperado
de la historia reciente: el pacto de superación del conflicto armado con las
FARC, hoy convertida en partido político. También quedó en punta la mesa de
negociación con el ELN
y su expectativa de continuación.
Quizás
como ninguno, el Gobierno de Juan Manuel Santos tiene la impronta de la búsqueda
de la paz, con grandes contradicciones como cargar con la pérdida de un
plebiscito para refrendar los acuerdos de paz, pero al mismo tiempo con un
Nobel de Paz.
Sin
embargo, en materia de garantías para el ejercicio de la defensa de los
derechos humanos y el liderazgo social, el saldo en rojo es grande y no se
entiende cómo en un periodo marcado por contexto de paz, sus mayores impulsores
y defensores, especialmente desde los territorios, hayan pagado el costo más alto.
Más de 600 personas defensoras de DDHH, perdieron la vida, mientras el gobierno
negociaba con las insurgencias, se desescalaba la confrontación y bajaban las
cifras de violencia. https://somosdefensores.org/
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