El
lunes 25 de febrero, alrededor de 3.000 campesinos santandereanos,
principalmente productores de cacao de San Vicente, El Carmen, Zapatoca,
Landázuri y Cimitarra, se reunieron en el punto denominado La Lizama, ubicado
en la carretera entre Bucaramanga y Barrancabermeja, con el objeto de elevar su voz de protesta en
contra de las políticas económicas que hoy en día los tiene prácticamente en la
bancarrota, por no decir que en la miseria.
Sus
exigencias son justas, convenientes y
necesarias si se tiene en cuenta que en menos de un año el precio de un
kilo de cacao pasó de $5.700 a $2.900, monto que ni siquiera alcanza para
cubrir los costos de la producción que llegan a los $4.200, también por
kilo. Esto ha producido una crisis
social y económica sin precedentes en los municipios de El Carmen y San Vicente
de Chucurí, los dos mayores productores de cacao de Colombia. Por esto la propuesta presentada por el
Gobierno nacional de una constituyente cafetera no es pertinente porque el
problema no es político sino económico.
Seiscientos
(600) cafeteros presentes en esta heroica jornada se concentraron en el
municipio de San Gil en la vía entre Bucaramanga y Bogotá, que estuvo cerrada
con motivo de la protesta. Es triste
observar la situación de un gremio como el cafetero, que dinamizó la economía
del país al punto en que llegó a tener la Flota Mercante Grancolombiana,
instituciones bancarias y aerolíneas.
Gracias a los esfuerzos de estos productores agrícolas Colombia llegó a
ocupar el segundo lugar a nivel mundial en producción de café, en cambio, hoy
ha sido superado por Vietnam y el país se halla en un espiral descendente.
Pero
este sector cafetero, el mismo que todavía nos identifica frente al mundo, hoy
en día observa cómo el Estado ha feriado todos estos activos sin que los
pequeños productores perciban ningún beneficio de ello. Además estos campesinos también soportan cómo
el gobierno nacional se dedica a promover unas políticas económicas
neoliberales, TLC e incluso a la locomotora minera, grandes enemigos de la
producción agrícola colombiana.
A
pesar de la justeza y legitimidad de las demandas de los campesinos, y que la
movilización ha sido completamente pacífica; la Policía Nacional, a través de
ESMAD agredió de manera brutal e ilegal a este grupo inerme de civiles donde
había mujeres y personas de la tercera edad.
Esta agresión ocurrió en La Lizama a las 2:00 pm. La ilegalidad de la carga policial radica en
que el ESMAD empleó sus armas de manera irregular, efectuado disparos de
granadas lacrimógenas a quemarropa en contra de los manifestantes y en el
empleo de artefactos explosivos con una capacidad destructiva tal, que el Señor
Ramiro Amado, campesino de Cimitarra perdió su mano derecha.
La
Corporación Compromiso expresa su plena solidaridad con las justas luchas de
los campesinos santandereanos y de toda Colombia, también rechaza la brutalidad
y las ilegales actuaciones del ESMAD de la policía y exige que se responda
política, penal, administrativa y disciplinariamente por la mutilación que
sufrió el Señor Ramiro Amado. También se demanda que los entes de control y los
medios de comunicación hagan una presencia y acompañamiento en el lugar de los
hechos.
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