En
algunas oportunidades incluimos aquí los trabajos periodísticos de Diego Sánchez
González, especializado en dar a conocer el mundo juvenil y sus bandas
musicales. Creemos que es importante para las organizaciones sociales saber de
buena tinta las diversas expresiones
musicales de los jóvenes que acompañan muchos de los procesos sociales que se
dan en Colombia.
ALERTA
KAMARADA
DIEGO SÁNCHEZ GONZÁLEZ.
Si miras hacia atrás,
vez la carretera como una alfombra que se va desenrollando vertiginosamente
bajo la camioneta. La Vans corre desbocada a más de cien kilómetros por hora y
desciende hacia el interior de un valle manso y tibio en la frontera entre
Italia y Eslovenia. Había salido minutos antes de Udine, una ciudad del norte
de Italia asentada sobre una cornisa de los Alpes. Y desde aquel punto sus
residentes divisan el Mar Adriático hace diez siglos. En el interior del
vehículo viajan los miembros del grupo bogotano Alerta Kamarada, quienes se
aprestan a participar en el Rototom
Sunsplash, el mayor festival de reggae de Europa. El Rototom nació en el año 1994 y conjuga la música con espacios
dedicados a conferencias, debates, talleres de música, danza, meditación,
medicina natural, filosofía rasta y cursos creativos para niños. Por allí han pasado las grandes figuras del reggae
mundial: Burning Spear, Steel Pulse,
Black Uhuru, Inner Circle, Third World, Culture, U-Roy, Yellowman, Itals,
Meditation, Junior Reid, Linton Kwesi Johnson, Misty in Roots, Gladiators,
Pablo Moses, Shaggy y Buju Banton.
La camioneta gira una
y otra vez, en rotaciones copernicanas, sobre amplias rodajas de montaña, y
entra de frente a un descampado donde más de 100.000 personas van y vienen
entre un laberinto de carpas y menaje de camping. “Los Alertas” no acaban de
arribar al backstages cuando Julian
Marley[1]y Los Abisinios[2]
los saludan.
En el crepúsculo,
cuando el sol se guarda tras las altas cumbres de granito blanco, Alerta Kamarada se trepa al tablado y
crea un estado de histeria y sobreexcitación colectiva. Pablo Araoz se detiene
un segundo, contempla este mar de mil tinturas y recuerda muchos años atrás,
aquel lejano día cuando su madre le regalo una guitarra eléctrica Peavey Predator Ii.
Pablo: “En el año de 1994 todavía
estaba en el colegio, yo era un pelado con inclinación por la música. Sabes,
eso viene de familia, mi mamá era profesora y tocaba guitarra y acordeón, mi
abuelo tocaba chelo, en mi casa siempre hubo un ambiente de música y arte, me
entiendes. Tocábamos canciones de Silvio Rodríguez y Pablo Milanes, desde ahí
me empezó a sonar la cosa. Antes de esto yo quería ser futbolista, hasta hice
parte de las inferiores de Millonarios, pero la música me empezó a jalar y me
ganó. Entonces en mi catorce cumpleaños me regalaron una guitarra eléctrica
tremenda, tenía un pequeño amplificador. Ahí comenzó mi carrera”.
Javier: “Mi mamá tocaba guitarra, mi
tía tocaba el tiple, mi primo la bandola, mi hermana la guitarra, yo era
rechiqui y los veía con ojos estupefactos. Mi mamá me regaló una guitarra y
contrataron a un profesor que insistía en enseñarme horribles canciones llenas
de amaneceres y arreboles y otras cosas aburridas como el Doctor Zhivago y La
Gata golosa”.
Pablo: “Y empecé a escuchar música
Punk, no sé realmente cómo fue el contacto directo con el Punk. Mis amigos eran
metaleros, y a mí me gustaba Metallica, pues
es una chimba, pero los otros grupos de Metal no me entraban. Yo estaba por ahí
escuchando cosas más alternativas como Depeche
Mode, The Cure, Pink Floyd y llegó a mis manos un disco de Sex Pistols. Recuerdo a un profesor
de matemáticas, un man, de la “Nacho” que le gustaba el Punk, nos hizo el cruce
de unos casete de Narcosis, un grupo
vieja guardia del Perú, y ya quedamos enviciados de Punk para siempre. En ese
momento la goma era buscar música en la Av. 19, después vino la goma de ir a
conciertos.
Por esos mismos días
yo vendí mi guitarra y me compre un bajo eléctrico. Entonces en un vuelto por
el Centro me encontré con Hernando Zamora, un ex compañero del colegio y
andábamos como en lo mismo, punkis los dos, “¿Y qué loco, en qué anda?” “Yo
tocando bajo”. Le respondí, y el man. “Yo tocando guitarra”. “Huy muy bacano.
¿Y por qué no hacemos una banda?” “Pues bueno, hagámosle”. Y si señor que
hicimos una banda de Punk. El man llamó a su medio hermano que se llamaba José
Mario Betancourt, un guitarro bravo, y así fue como armamos una banda llamada
disque Cuervo Rojo, los ensayos eran
delirantes y hacíamos una música re-crazy, bacana y tal, pero la banda no tuvo
futuro. Los ensayos se nos volvieron pura recocha, el grupo no tuvo ningún
concierto, pero si varias canciones.
Un día fuimos a un
toque a un bar de moda, el legendario Kaliman.
Fijo que era el año 1995. Yo con mis botas, mi pantalón arremangado y mis pelos
erizados, y llegamos a un concierto de Skartel
y allí conocimos a Jairo Buitrago, él nos presento a David Moreno que fue el
iniciador del movimiento Redskin en Colombia. Y allí, junto con Mateo Rivaldo,
quedamos de armar una banda. Hicimos un inventario de la gente que podía formar
parte del grupo y nos faltaba un batero, fue entonces cuando Jairo me dijo: “Se
lo tengo”. Y nos citó al otro día en la Plaza Che Guevara de la Nacho y allí
nos encontramos con Felipe López que era el man propuesto para sentarse al
frente de las baquetas, también llegó su primo Julián, Hernando Zamora, Manuel
Lancheros el trompetista y Mateo Rivaldo, un magnifico trombonista. Digamos que
la banda cogió forma y esa fue su primera alineación.
Ensayábamos en la zapatería del papá de Felipe López en
el barrio Santa Isabel, tuvimos un feeling desde el primer día y tocábamos una
mezcla entre Punk y Ska, para ubicarte, era algo así como lo que hacia The Clash o Kortatu. Jairo Buitrago iba a ser el cantante, pero el man era
tímido, me entiendes, necesitábamos alguien que se parara duro en el escenario.
Así que duramos como cuatro meses sin cantante, hasta que en una fiesta en
Santa Isabel Felipe conoció a Javier Fonseca y le propuso que fuera el cantante
de la nueva agrupación, el pelado tenía una voz maravillosa que seducía al
público”.
Javier: “Yo llegue a esa fiesta y
allí conocí a Felipe López, él me vio tocando y cantando y me llamó para su
banda. Yo escuchaba por esa época Hardcore, Punk, después me empezó a gustar
Bob Marley, Public Enemy, el Rap y el Ska”.
Pablo: “En ese momento decidimos
llamarnos Alerta Kamarada e hicimos
nuestro primer concierto, en el bar Matatigre
con La Pequeña Nación y La Severa Matacera. Nos fue muy bien, la
gente ya sabía de nosotros, se formó un voz a voz, y la people nos estaba
esperando con gran entusiasmo. Llegaron al toque como 500 personas, punketos,
rudos, skinheads y rastas. A partir de este momento empezamos a tocar en bares,
peñas culturales, carnavales populares de los barrios, como el de Britalia y
Patio Bonito. Las invitaciones de los barrios eran bacanisimas, los mejores
conciertos de esa época fueron allá”.
Javier: “Lo de los barrios fue muy
importante en nuestros inicios, severos conciertos, había mucha gente grande,
niños, sindicalistas y activistas. También un público muy juvenil. A estos
festivales llegamos por invitación de la Redskin”.
Alerta Kamarada: “Por esos años hicimos
nuestro primera grabación, en la emisora de la Universidad Javeriana, un material que nunca se edito, quedo en el
underground. Después vino otra grabación en la emisora comunitaria “Suba al
aire”. En 1999 se refuerza el grupo en lo melódico con Daladier Arismendi en la
percusión, y nos concentramos en grabar nuestro primer disco en los estudios
Audivisión. Imagínate el asunto, nosotros no teníamos el billete necesario,
pero los manes nos fiaron, nos dijeron: “Miren pelados, ustedes tienen resto de
talento, nosotros les fiamos y listo, severo apoyo”. Lanzamos este disco en el
Downtown Majestic y esa noche vendimos 800 discos de una, un éxito muy áspero.
El disco pegó de one y de allí sacamos las lukas para pagar todas las deudas.
A partir de esto, nos
hacen la primera invitación al Festival del Cangrejo en San Andrés, un festival
departamental que se realiza en abril, donde los isleños preparan gran variedad
y diversidad de platos en base al cangrejo, acompañados con ritmos y bailes
afroisleños. San Andrés fue nuestro primer contacto con el Caribe, recuerdo que
cuando alguien le regalo uno de nuestros discos a Harry Belofonte, él dijo:
“¡Cómo así, Rastas andinos!, no lo puedo creer”. Ja ja ja, Reggae sabanero. Entonces
San Andrés fue nuestra puerta de entrada a África y el Caribe. Allí conocemos a
“Teacher Pepper”, el grupo Creole y
Jaime Wilfrido Archibold, más conocido como: “Jimmy Archbold”, fundador de agrupaciones tan importantes como: Island Rebels y The Raizals, que serán muy importantes en nuestra carrera.
Meses después
volvemos a San Andrés a tocar en el estadio Wellingwourth May, con bandas de
Cuba, Brasil y Venezuela, para el aniversario de la independencia de San
Andrés. Luego tocamos en el reinado Miss Islas y es entonces cuando Jimmy Archbold nos invita a Providencia
y allí nos quedamos una temporada. No habíamos llegado a Bogotá cuando nos
invitan al Latin Film Festival en la
ciudad de Chicago. En 2004 nuestra música empieza sonar en la radio, lo que no
es fácil porque nosotros jamás hemos pagado “payola”, pero “Legal” pegó duro y
de un momento a otro empezamos a ser muy reconocidos. Es una época muy movida,
viajamos a México, participamos varias veces de Rock al Parque, del Altavoz de
Medellín y rodamos por otras ciudades de Colombia.
Por
esto años nos metemos a organizar el Festival
Reggae Colombia por la necesidad de informar a la gente sobre la música
Reggae y la cultura rasta. Es una época muy rica porque compartimos con Fidel
Nadal de Todos tus muertos y Jimmy Archbold. Por estos festivales
pasó Junior Reid, una institución en
el Reggae, el jamaiquino Ijah Bones, dj Voodo Blaster (Italia), Alex
Bonilla (Colombia), Natural Selection, Ras Jahonan, Voodoo Souljahs, FyahRootz, en fin, muy buen Reggae”.
Alerta Kamarada: “Fuimos a Jamaica a
buscar las raíces del Reggae, llegamos a una mansión rastafari en las afueras
de Kingstown, en Bull Bay, para explicarte mejor, el sitio es algo así como un
monasterio donde sacerdotes rastas nos hacen participes de los servicios
religiosos. Fue una recarga de energía fuertísima. Pero a su vez fue muy
importante para nuestra música, porque conocemos a los grandes músicos de
Jamaica, los dueños de los mejores estudios, hacemos música con varios de
ellos. Y allá grabamos en 2006 el álbum “Somos uno”, en cuya producción
participó Sly Dunbar (saxofonista de Bob Marley). Sin embargo fue el Festival
Reggae Sunsplash en la localidad de Entrerríos el acontecimiento más importante
del 2006. En este evento tocamos con UB 40 y Damián Marley.
Bajo nosotros, pasan medusas cristalinas y una estampida de hipocampos
escapando sobre la pradera de sargazos.
A medida que nos acercamos a la isla,
una temperatura suave, como piel de mujer, nos envuelve.
Entonces Xaymaca, “el lugar del oro bendecido”, crece en la proa
y se abre a una exuberancia de olores y colores. ¡Ahí está! ¡Ahí está!
Jamaica la tierra elegida por los dioses de África para los descendientes
de los príncipes de Etiopia.
Volvemos a Estados
Unidos y hacemos un circuito de 16 toques desde los Ángeles hasta Tijuana. Pasamos a Europa. Francia,
España, etc. Visitamos Argentina y otros países del continente. Hemos trabajado
con la gente de la Asociación de Familiares de Detenidos y Desaparecidos
(Asfaddes), con los niños ciegos sordomudos, con el proyecto “+ arte - minas”, con Greenpeace, apoyamos las movilizaciones de los estudiantes contra la
reforma a la ley 30, incluso incluimos imágenes de estas marchas en un reciente
video clip. Creemos que no hemos perdido el mensaje con el que iniciamos. Paz
verdadera, derechos humanos y libertad para todas las personas”.
Discografía
En lo profundo (EP). Natarajah, 2003
Alerta. Natarajah, 2004
Khambhineyshan (EP). Natarajah, 2005
Somos uno. Sum Records, 2006; Universal Music, 2007
Kaliente. One2 Records, 2009
Historias de pueblo. One2 Records, 2010
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