I ENCUENTRO NACIONAL MINERO-ENERGÉTICO Y III ENCUENTRO DE RECLAME. HACIAUNA NUEVA POLÍTICA MINERO-ENERGÉTICA
HACIAUNA NUEVA POLÍTICA MINERO-ENERGÉTICA
Cómo vemos el problema:
La idea de convertir a Colombia
en una potencia minero energética,centrando su economía en la actividad
extractiva, atenta contra la soberanía nacional, el patrimonio natural y las
bases mismas de la vida.
La globalización neoliberal que
ha facilitado la intervención del capital transnacional en todos los ámbitos,
tiene a la agricultura y la industria casi al borde de la extinción; ferió el
patrimonio público especialmente en los renglones estratégicos de la economía,
debilitó la capacidad regulatoria de la sociedadmontando un régimen antidemocrático,
y privatizó los derechos de la población. La economía está pensada desde
entonces al servicio del mercado extranjero y no de los intereses nacionales, ni
en beneficio del pueblo colombiano.
De esta manera, el país perdió la
soberanía sobre los bienes naturales y los alimentos, permitiendo que las
empresas transnacionales llegaran hoy a controlar su uso, en función de los
negocios mineros y energéticos, ahora facilitados también en los tratados de
libre comercio. La institucionalidad fue suplantada por la “Responsabilidad
Social Empresarial”, se vendieron las empresas públicas del sector y las que
sobreviven lo hacen bajo la lógica neoliberal, se adaptaron normas ambientales,
laborales y tributarias para generar “Confianza Inversionista”, se acomodaron a
esos intereses las consultas previas y se criminalizaron las protestas en
contra de tales medidas.
Hoy los colombianos y las
colombianas, no tenemos las condiciones necesarias para ejercer el poder
ciudadano de participar, decidir, controlar y ajustar los procesos productivos
en torno a la minería y la energía. Estamos limitados institucionalmente para
incidir en las políticas que se trazan sobre estas actividades. No existen los
espacios para replantear el modelo minero-energético que se impone. Todo en
detrimento de la sostenibilidad ambiental de la nación, de la pequeña minería y
tradicional, de los derechos de los trabajadores, de la permanencia en el
territorio de las comunidades tradicionales, campesinas, pesqueras, afros e
indígenas, y de las finanzas y los ingresos del país.
La única forma en que podremos salvar al país de la
Locomotora Minero-Energética es fortaleciendo la más amplia unidad del pueblo
colombiano, a través de la movilización social, en resistencia contra este
modelo de desarrollo y avanzando en la construcción de una política alternativa.El
debate de la política minero-energética debe vincular a la sociedad entera. Es
necesario que todos los sectores críticos de este modelo, desde lo ambiental,
lo étnico, lo cultural, los derechos, lo académico, lo productivo, lo político
y lo laboral, nos involucremos en la definición de un futuro diferente para la
nación.
Las bases de nuestras propuestas comunes:
La sociedad requiere de una
explotación minero-energética necesaria. Esta actividad debe realizarsede
acuerdo a los intereses de la nación, debe estar supeditada a la protección del
patrimonio natural y de las bases de la vida para las generaciones futuras, y debe
estar bajo el control de un Estado que actúe en coherencia con estos criterios.
Las empresas estatales deben realizar directamente o a través de Asociación las
actividades de explotación minero-energética, por lo que las actuales Concesiones
deben revertir a la nación. En consecuencia, los términos de la inversión extranjera
también tendrán que modificarse sustancialmente.
Una nueva política
minero-energética requiere que el Estado recupere el control, fiscalización y
dirección sobre la exploración, explotación y comercialización de sus recursos
naturales no renovables, hoy en manos de las transnacionales
minero-energéticas. Es necesario fortalecer las instituciones, la participación
ciudadana y las empresas del Estado, que permitan recuperar y ejercer la soberanía
nacional y la autodeterminación de los pueblos en los territorios, condiciones
necesarias para el cambio del modelo energético.
Una nueva política debe
orientarse a generar energía, materias primas y recursos de capital de manera
racional e integral, apoyando el desarrollo de la agricultura y la industria de
la nación, la permanencia de las comunidades en el territorio y el
reconocimiento de sus formas organizativas. Debe fortalecerse la investigación
en ciencia y tecnología,conjuntamente con la recuperaciónde los saberes
tradicionales, a través de la educación comunitaria y de universidades y
centros de investigación públicos, e independientes de las transnacionales y
sus gremios.
Una nueva política
minero-energética debe considerar la crisis ambiental y humanitaria del planeta
y, por lo tanto, tendrá en sus propósitos la búsqueda de fuentes alternativas y
el rediseño de la matriz energética. Incluso, debe plantear la delimitación de
zonas donde no haya ningún tipo de explotación minero-energética y preservar
reservas de minerales e hidrocarburos para generaciones futuras. Igualmente, es
necesario suspender la explotación de petróleos no convencionales, hasta que
existan suficientes estudios serios sobre el impacto ambiental y geológico y se
generen técnicas que garanticen una explotación seguray muestren la
conveniencia de su desarrollo para los intereses nacionales y regionales.
Es imperioso suspender el
otorgamiento de nuevos títulos y licencias ambientales a los proyectos transnacionales minero-energéticos y a cielo
abierto. Se debe garantizar que ésta actividad se ejecute acorde a los
intereses del país y que existan garantías suficientes para la protección de
los derechos humanos, económicos, sociales, ambientales y culturales de las
comunidades. El Estado debe propiciar la revisión de los actuales contratos con
este tipo de minería, revocando aquellos que sean contrarios a los intereses del
país.
En esas perspectivas, los criterios
generales de una nueva política minero-energética son:
1.
El aumento de la renta y la
compensación de los daños causados.
2. La
protección y el acceso de los pueblos a los bienes naturales.
3. La
defensa de los mineros artesanales, pequeños y medianos.
4. La
defensa de los derechos laborales y sindicales de los trabajadores.
5.
La defensa del territorio, la
cultura y la organización social de las comunidades.
1. El aumento de la renta y la compensación de los daños causados:
El Estado, como principal
inversionista de la actividad minero-energética en tanto aporta su recurso
natural no renovable, debe ser el actor que perciba la porción más alta de la
renta. El Estado debe eliminar las exenciones tributarias al capital extranjero
y revivir nuevamente el impuesto a la remisión de las utilidades de este tipo
de capital.
En este mismo sentido, con el
objeto de promover el desarrollo de la industria nacional, deberá cobrarse un
impuesto diferenciado dependiendo del grado de transformación que se le dé al
mineral o al hidrocarburo. A mayor valor agregado de la materia prima menos
impuesto, a menor valor agregado más impuesto.
Los recursos naturales no
renovables son de la nación en el subsuelo y cuando se extraen de éste. Por eso
la responsabilidad sobre su comercialización debe ser fundamentalmente del
Estado.
El cobro de las regalías debe
modificarse para que la participación de la nación aumente, considerando que estas
se reciben en una sola ocasión. Se tendrán en cuenta, al menos, tres variables
para el cobro de las regalías:
1.
La variación en los precios
internacionales de los minerales e hidrocarburos, como una ganancia extraordinaria
para el Estado cuando estén muy altos y una tasa mínima de retorno, cuando
estén muy bajos
2. El
agotamiento del recurso, cobrando una regalía cada vez mayor en la medida en
que las reservas disminuyan.
3.
La facilidad en la extracción del
recurso, determinado por la concentración del yacimiento, su ubicación y su
posición geoestratégica con relación a los centros de consumo.
Las regalías deberán
descentralizarse, beneficiando principalmentea las regiones productoras, que
son –a su vez- las que soportan los mayores impactos ambientales, sociales,
laborales y culturales. Sobre estos recursos deberá ejercerse un mayor control
de parte de la sociedad civil.
Finalmente, una nueva política
tendrá que tener en cuenta una contabilidad completa de la actividad minero-energética,
que mida los beneficios pero también los
costos ambientales y sociales, y el costo de oportunidad con otras actividades,
para definir si es conveniente para la nación.
Esa nueva política debe analizar la posibilidad de no extraer los
recursos, en la perspectiva de buscar mayores beneficios hacia el futuro.
2. La protección y el acceso de los pueblos a los bienes naturales:
Una nueva política
minero-energética debe considerar la huella ecológica, la huella hídrica, altos
estándares de cumplimiento a las normas ambientales y estricto cumplimiento a
la Constitución y a la legislación colombiana.Controles efectivos para evitar
daños ambientales irreversibles y exigir fuertes compensaciones por los daños
causados. Exigir pólizas de cumplimiento. Prohibiremos los mega proyectos
minero-energéticos en páramos, en humedales, cuencas hidrográficas, ramsar,
zonas de reserva y parques naturales nacionales y regionales, y en zonas de
seguridad y soberanía alimentaria. Hay que reconsiderar los proyectos que estén
en zonas en proceso de desertización y exigir licencia ambiental para la
exploración.
En lo referente a las represas,
se debe adelantar un diagnóstico sobre los beneficios e impactos generados por
las represas en Colombia, que permita viabilizar la toma de decisiones sobre
nuevos proyectos y la reparación integral de las comunidades afectadas por las
ya construidas y en proceso de construcción. Condicionar el montaje de nuevos
proyectos hidroeléctricos a la realización de estudios que muestren las
verdaderas necesidades energéticas del país y que prioricen el mejoramiento de
la calidad de vida de la población,antes que las aspiraciones de máxima
ganancia por parte de las empresas del sector eléctrico, colocando además límites
a la exportación de energía eléctrica.
3. La defensa de los mineros artesanales, pequeños y medianos.
Como aspecto fundamental para
elaborar una nueva política minero-energética, debe establecerse una diferencia
entre la explotación artesanal, pequeña, mediana y a gran escala. Debe
detenerse la criminalización y persecución a los mineros artesanales, pequeños
y medianos.Debe haber exigencias ambientales, sociales, económicas y laborales
para todas ellas, pero considerando su tamaño y capacidad económica.
Para no condenar a las
explotaciones de menor escala al atraso tecnológico y permitir el cumplimiento de estándares
ambientales, sociales y laborales por parte de éste tipo de mineros, el Estado
debe promover su asociación y prestar acompañamiento técnico y económico, a
través de planes de capacitación, asistencia técnica y créditos.
4. La defensa de los derechos laborales y sindicales de los trabajadores:
El Estado debe definir una
política en este campo que respete los derechos laborales y sindicales de los
trabajadores. Una política laboral que incluya el respeto a la vida y derechos
de los trabajadores del sector minero energético, incluidos los pequeños
mineros, mineros tradicionales y mineros artesanales, la
superación del trabajo precarizado y tercerizado. En general, que asegure a
todos los trabajadores del sector minero energético, un trabajo digno.
Considerar la minería como una
actividad de alto riesgo y que, por lo tanto, establezca condiciones de trabajo
y garantías especiales para los trabajadores.
5. La defensa del territorio, la cultura y la organización social de las comunidades:
En lo referente a los aspectos social,
cultural y territorial, consideramos que una política pensada en la defensa del
interés nacional, debe:
1.
Proteger la permanencia en el
territorio de las comunidades y reconocer su autodeterminación.
2. Oponerse
al desplazamiento de la población.
3. Que las Fuerzas
Armadas y de Policía defiendan la soberanía y los intereses de los pueblos y no
a las multinacionales.
4. Respeto al
derecho a la organización y la protesta de las comunidades afectadas por los
proyectos mineros y energéticos que intervienen sus territorios
5. Respetar
y defender la cosmovisión de los pueblos indígenasy la identidad cultural de
poblaciones campesinas, pescadoras y afros.
6. Garantizar
el derecho fundamental de las comunidades indígenas, afros, campesinas y
pescadoras, a la consulta previa, libre, autónoma e informada con carácter
decisorio, con su consentimiento, como requisito inequívoco para la adjudicación
de títulos mineros o de explotación de hidrocarburos.
7. Proteger
e impulsar alternativas productivas, incluyendo la agricultura campesina y la
pesca.
8. Plantearse
la actividad minera en articulación con la agricultura y la industria y no en
reemplazo de la misma.
9.
Garantizar la competencia y
autonomía de las comunidades, los Concejos y las Asambleas para el ordenamiento
del territorio.
Todo lo anterior hace parte de
una política minero-energética integral. En términos generales, debe tener
criterios claros, de acuerdo con los intereses nacionales, sobre: dónde, quiénes,
cómo, cuánta y para qué se realiza la explotación minero-energética.Cumplirla,
implica necesariamente una política diferente a la planteada bajo la lógica
neoliberal que ha profundizado el gobierno de Juan Manuel Santos.
Con estos enunciados básicos, los
y las asistentes al I Encuentro Nacional Minero-Energético y III Encuentro de
Reclame manifestamos nuestro compromiso de seguir trabajando por la más amplia
unidad del pueblo colombiano para frenar la Locomotora Minero-Energética, derrotar
la concepción de “Colombia: País Minero” y avanzar en la consolidación de un
movimiento social desde lo local, lo regional
y lo nacional capaz de implementar una nueva política minero-energética.
En este camino, convocamos a
todos los sectores del país a que intercambiemos estas propuestas en un Congreso
Nacional Minero y Energético, y a que preparemos una Jornada Nacional de
Movilización en el segundo semestre del 2013.
En la construcción de este
Encuentro y de las tareas planteadas, manifestamos nuestro saludo a los autores
del libro “Minería en Colombia:
Fundamentos para superar el modelo extractivista”, elaborado por la
Contraloría General de la República, por considerarlo un material valioso y
necesario en la defensa de los intereses de la nación.
Bogotá, mayo 17 de 2013.
Suscribimos:
Red Colombiana Frente a la Gran Minería
Transnacional, RECLAME - Movimiento Colombiano en Defensa de los Territorios y
Afectados por las Represas “Ríos Vivos” - Central Unitaria de Trabajadores, CUT
- Unión Sindical Obrera, USO - Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria
del Carbón, Sintracarbón - Confederación Nacional de Mineros de Colombia,
Conalminercol - Polo Democrático Alternativo - Congreso de Los Pueblos -
Corporación AurySaráMarrugo - Asociación Minga - Centro de Estudios del
Trabajo, Cedetrabajo - Censat Agua Viva - Colectivo Soberanía y Naturaleza - Corporación
para la Educación, el Desarrollo y la Investigación Popular, Cedins - Asamblea
Sur, Bogotá - Movimiento por la Defensa de los Derechos del Pueblo, Modep - Proceso
de Comunidades Negras, PCN - Coordinador Nacional Agrario, CNA - Comité Cívico
por la Defensa del Río Ranchería y el Manantial Cañaverales - Comité por la
Defensa del Agua y el Páramo de Santurbán - Comité de Integración del Macizo
Colombiano, Cima – Cauca -
Asociación Nacional por la Salvación Agropecuaria - Federación
Santandereana de Mineros, Fesamin - Federación de Mineros del Chocó,
Fedemichocó - Organización Colombiana de Estudiantes, OCE - Corporación para el
Desarrollo del Oriente, Compromiso - Fuerza de Mujeres Wayuu - Red de Hermandad
y Solidaridad con Colombia, Redher - Federación de Mineros de Caldas y
Risaralda – EntreRedes - Red en Contracorriente a la Megaminería – Asocamir -
Reclame capítulo Huila - Reclame capítulo Boyacá - Reclame capítulo Cauca -
Tejiendo Raíces - Amas Bucaramanga – Ceprodesu - Ladrilleros de Popayán - Asociación
Minera de la Provincia de Soto, Asomiprosoto – Fepemicar - Asociación de
Areneros –Sanpac, Santander - Asociación de Mineros del Bajo Chuscal -
Simtraemsdes, Pereira - Grupos Ecológicos de Risaralda, GER –Acsomayo - Observatorio
Ojo de Pescado, Pereira –Cabildo KwanasC,xhab, Puerto Asís - Colectivo por la
Protección del Sugamuxi - Colectivo Campo - Fundación para el Medio Ambiente y
la Paz en Colombia, Fumpaz - Alianza Quindiana contra la Megaminería -
Corporación Sembrar - Asomineros del Bajo Cauca - Amigos del Páramo Miraflores
- Mesa Permanente del Pueblo Kofan - Minga Bakatá - Colectivo Manda La Tierra -
Colectivos Ansur - Hijos del Sur, Universidad Cooperativa - Defensoras y
Defensores del Agua - Comité de Integración Social del Catatumbo, Cisca - Movimiento
por la Constituyente Popular, MCP - Comité Universitario por la Defensa del
Páramo de Santurbán - Semillas de Paz – Apetras - Minga Juvenil Nacional -
Sintramienergética, La Jagua - Mesa de Organizaciones del Putumayo - Movimiento
de Mineros Tradicionales de Boyacá - Casajuca, Cajamarca - Corporación para el
Desarrollo y la Investigación Social, Corpeis - Reclame Universitario,
Antioquia – Cordecar - Corporación Integros - Fundación Kootirrawa – USO,
Saldaña – Fepemicar - Asociación de Mineros del Quindío - Unión Libre Ambiental
–TeJuntas - Red Proyecto Sur- Neiva
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