"¡Que las mujeres... hagan hablar sus
dolores! Que expongan las desgracias sufridas como consecuencia de la posición
que les ha deparado las leyes y los prejuicios que las encadenan; pero que
hablen...!".
- Flora
Tristán (1803-1844)
Bucaramanga, 24 y 25 de noviembre de 2012
El 24
y 25 de noviembre en el Marco de la Conmemoración del Día Internacional de la
No Violencias contra las Mujeres, impulsado por el Movimiento Social de Mujeres
contra la Guerra y por la Paz, en la Sala de Sesiones de la Asamblea del
Departamento de Santander se realizó la Primera Corte Regional de Mujeres de
Santander y el Magdalena Medio: Justicia, Territorio y Paz con Sentido de Mujer
constituida por un Jurado Simbólico de quince Jueces y Juezas de alto
reconocimiento social y político, una Audiencia Pública de más de 150 mujeres
de la región, un grupo de Ponentes y el acompañamiento en calidad de
observadores del Sistema de Naciones Unidas.
Esta
Corte de Mujeres vio hoy más que nunca cómo la amenaza de violencia resuena y
se se sigue imponiendo en distintas geografías y la humanidad está en la
encrucijada de su sobrevivencia, en
medio de la pobreza, la exclusión y la marginalización. Esta Corte se realizó en un momento en el que
se han agudizado los contextos y las formas de violencia y discriminación en contra
de las mujeres, al tiempo que paradójicamente el país ha entrado en un “proceso
de negociación del conflicto armado y construcción de una paz duradera”.
Colombia
es un extenso territorio con riquezas minerales, petróleo, fuentes de energía,
agua, biodiversidad, flora, fauna, saber tradicional y ancestral de las
comunidades; hoy muy codiciados y explotados por las empresas y transnacionales
que sólo se interesan en la acumulación,
para lo cual generan procesos de desarraigo
y despojo a los pueblos y sus territorios. El despojo de las riquezas que
genera las políticas de la locomotora minera y agrícola con lleva implícito
graves violaciones de los derechos humanos y de los derechos de las mujeres.
Las
mujeres, protagonistas de estos procesos, han sido y siguen siendo la fortaleza
de sus pueblos. Ellas con sus voces, lucha y vida hoy continúan dignificando
cada espacio: la casa, el barrio, el pueblo, el país, llenando de vida el mundo
en medio de la muerte y el dolor, reviviendo la esperanza en medio de las
cenizas que ha dejado el exterminio, la persecución, la pobreza y la guerra.
Las
mujeres en la Corte Regional constatamos una vez más los dolores y las
afectaciones que se producen cuando nuestros cuerpos son invadidos con la
violencia sociopolítica, económica, sexual, de género y simbólica; y en especial evidenciamos:
-
Que la violencia
económica ejercida por los Megaproyectos Económicos en la Región minero
energéticos, ha destruido el proyecto de vida de cientos de mujeres de la
región, condenándolas a desequilibrios e injusticias en su vida personal,
familiar y comunitaria y a la marginalización económica.
-
Que las
violencias que atacan nuestros cuerpos y mentes han conducido a una
desestructuración emocional y a graves consecuencias psicosociales que nos
recuerdan constantemente con dolor, llanto y tristeza lo que hemos vivido.
-
Que las mujeres
sufren de manera desproporcionada el contexto de inseguridad y desprotección
generalizada que mantiene latente el temor de ser abusadas, torturadas o
violentadas en la vida cotidiana y en el marco del conflicto armado.
-
Que las mujeres
deben enfrentar la discriminación en todos los ámbitos de la vida pública y
privada y los múltiples obstáculos para acceder a oportunidades laborales,
políticas y comunitarias, generando una carga desproporcionada en sus vidas.
-
Que existe un
contexto de impunidad, injusticia e invisibilización de la violencia contra las
mujeres que envía el mensaje de su tolerancia generalizada.
Los
rostros de las víctimas en esta Corte Regional, hoy más que nunca reavivan a
todas las presentes nuestros más profundos deseos para:
1.
Reconstruir puentes de sororidad, unidad, confianzas
y afectos entre las mujeres, las organizaciones y con otros movimientos
sociales de Derechos Humanos, afrocolombiano, indígena, sindical y campesino.
2.
Reafirmar
nuestra oposición a la guerra y nuestra esperanza de construir paz con justicia
social y una vida libre de violencias.
3.
Deconstruir
los estereotipos y prejuicios de género que mantienen intactas las estructuras
de dominación y en su lugar edificar nuevas formas de ser y sentirnos hombres y
mujeres en sociedad.
4.
Impulsar
la realización de Cortes Regionales – Municipales de Mujeres y la Corte
Nacional de Mujeres como espacio de Justicia Alternativa.
Las
mujeres sentimos que no habrá paz sí el Estado colombiano no garantiza la
Justicia de Género, acompañada de verdad, reparación individual y colectiva, la
memoria de las mujeres y la no repetición de estos hechos.
MOVIMIENTO SOCIAL DE MUJERES CONTRA LA GUERRA Y
POR LA PAZ
CONVOCAN: ORGANIZACIÓN
FEMENINA POPULAR,CORPORACION COMPROMISO, COORDINADOR
NACIONAL AGRARIO,
UNION SINDICAL OBRERA – USO, ASAMBLEA PERMANENTE DE LA SOCIEDAD CIVIL POR LA PAZ, PROCESO DE
COMUNIDADES NEGRAS,
ASFADDES- SANTANDER,
AREA MUJER DEL CRIC, CONSEJO REGIONAL INDIGENA DEL CAUCA, SEMILLAS
DE LA GAITANA, TIERRADENTRO,
UNIDAD SOCIAL POPULAR.
APOYAN: EQUIPOS CRISTIANOS DE ACCIÓN POR LA PAZ, CORDAID, HEKS, KAIROS, GOBERNACION
DE SANTANDER, CENTRO INTEGRAL DE LA MUJER ALCALDIA DE BUCARAMANGA.
Bucaramanga,
26 de noviembre de 2012
CORTE REGIONAL DE MUJERES
Justicia, territorio y Paz con sentido
de Mujer
AUDIENCIA PÚBLICA
Bucaramanga 24 y 25 de noviembre de
2012
Fallo
preliminar
Las juezas y
jueces de la Corte Regional de Mujeres, concebida como “un espacio para la
recuperación de la memoria, por la verdad, la justicia, la reparación y la no
repetición” de las violencias ejercidas en contra de las mujeres en Santander y
el Magdalena Medio, una vez han escuchado los testimonios de las víctimas y las
voces de aquellas que a pesar de las circunstancias trágicas y adversas se
rebelan y no renuncian a seguir construyendo propuestas de paz, justicia y
territorio con sentido de mujer,
Exaltamos
el valor demostrado por cada una de las que se atreven a hablar de sus dolores,
a expresar sus desgracias y los perjuicios que las encadenan, además el
ejercicio que se hace de construir memoria y sus resistencias
Consideramos que, tal como
quedo establecido en la Conferencia Mundial sobre la mujer en Beijing, las
violencias contra las mujeres son consecuencia de las relaciones de poder
establecidas por la cultura patriarcal y profundizadas por los modelos
económicos basados en la acumulación de capital.
Resaltamos que
las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armado o por fuera
de este permanecen en elevados índices de impunidad, lo que desconoce el deber
del Estado de actuar con la debida diligencia, posibilitando la repetición de
estos actos.
Señalamos
que acatando lo establecido en la resolución 1325, 1820, 1888, 1889 y 1960 del
Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, estas violencias contra las mujeres se
deben visibilizar en el marco del proceso de diálogos por la paz.
Constatamos
que la implementación de grandes megaproyectos en la región de Santander y el
Magdalena Medio colombiano han impactado negativamente las condiciones
familiares, económicas y de subsistencia de las mujeres, sus familias y
comunidades. En el caso de la construcción de Hidrosogamoso por ISAGEN, es
notoria la disminución de peces que afecta la soberanía alimentaria de las
mujeres y sus familias.
Constatamos
que en los municipios afectados por la extracción de oro en Santurban las
familias que vivían de esta actividad de manera artesanal y la combinaban con
la producción de sus propios alimentos
son forzados al cambio de su actividad económica. Las empresas promueven la
división de las comunidades y el desplazamiento de los habitantes mediante las estrategias
utilizadas para controlar el territorio. El incremento de población externa
llega acompañado de la descomposición de las relaciones sociales y familiares,
de actos de violencia contra la mujer, drogadicción y prostitución.
Comprobamos
una política de discriminación contra las mujeres al interior de las empresas
petroleras y de palma, en aspectos tales como el acceso al empleo, condiciones
de remuneración y participación en los asuntos internos de las mismas. A su
vez, también se observaron situaciones de discriminación en los sindicatos.
Constatamos a través de los testimonios
que las mujeres siguen siendo objeto de ataques sistemáticos y premeditados en
el marco de la violencia socio política, la cual se ha ejercido con el
propósito de procurar la dominación y control, en donde prácticas como el
embarazo forzado, prostitución forzada, esclavitud sexual, desnudes forzada,
trata de personas, esterilización forzada, violencia sexual, desplazamiento
forzado, ejecuciones extrajudiciales, torturas, detenciones arbitrarias,
desapariciones forzadas, escarnio público y procesamientos injustificados, han
sido persistentes con el propósito de amoldar la conducta de las mujeres y
atacar su papel como sujetas sociales y políticas.
Constatamos
que la organizaciones que promueven los derechos de las mujeres y sus
organizaciones, como la Organización Femenina Popular, cada vez son más blanco
de actos sistemáticos de ataques que revelan la existencia de patrones de
agresión, tratándose de una persecución fundada en motivos políticos y de
género, que son inaceptables con arreglo al derecho internacional y constituyen
crimen de lesa humanidad.
Denunciamos que estos
ataques a los procesos organizativos están contra la dignidad de las mujeres, a
través de la violencia física, psicológica y sexual. Como lo señalaron las
declarantes a esta corte “las cicatrices
del alma se evidencian en los encuentros, cicatrices del cuerpo, del alma, del
tejido social”.
Resaltamos
el papel de las mujeres declarantes que han presentado sus relatos de violencia
sexual haciendo públicas las formas en las que esta violencia se manifiesta,
permitiendo con esto visibilizar las principales afectaciones e impacto en su
vida y en sus cuerpos. A través de este ejercicio de memoria colectiva hacen
expresa su condición de sujetas políticas y actoras de cambio.
Manifestamos que la violencia contra las mujeres es la más antigua y
extendida en la historia de la humanidad y afecta a las mujeres sin distingos
de edad, clase, etnia o cualquier otro, se afirma en siglos de visiones
estereotipadas de lo que somos y hacemos las mujeres, producto de una cultura
patriarcal que se sustenta en el ejercicio de poder de los varones sobre las
mujeres, sobre sus cuerpos y sobre sus vidas.
Observamos que la permanencia de esos simbólicos que desvalorizan y
niegan nuestra dignidad como personas y nuestros derechos como ciudadanas, se
afianzan en todas las culturas, a través de las instituciones, de las
ideologías, de las leyes y políticas, de los medios masivos de comunicación. La
posibilidad de deconstruir la cultura patriarcal implica el compromiso decidido
del Estado y de la sociedad, de transformar los procesos formativos en todas
sus expresiones y las prácticas sociales discriminadoras que anulan o debilitan
la autonomía de las mujeres.
Comprobamos
con los testimonios ofrecidos que los feminicidios
(asesinatos de mujeres por el hecho de ser mujeres) son una expresión extrema
de la violencia en contra de las mujeres y consecuencia última de “las
relaciones de poder históricamente desiguales entre mujeres y hombres”.
Constatamos que el Estado
tolera los asesinatos de mujeres y no investiga los crímenes con vigor ni hace
que los asesinos asuman la responsabilidad.
Precisamos
que los actos aquí señalados, constituyen graves desconocimientos de los
estándares internacionales en materia de violencias contra las mujeres.
POR LO
ANTERIORMENTE ESTABLECIDO, ESTA CORTE RESUELVE:
A. Violencia
sociopolítica.
1. Condenar las prácticas
sistemáticas desarrolladas en el marco del conflicto (Fuerza Pública,
paramilitares y guerrillas), que han pretendido someter, controlar, acallar,
silenciar e inmovilizar a las mujeres y sus expresiones organizativas.
- Condenar al
Estado colombiano por no brindar las garantías de protección a defensoras
de derechos humanos y sus procesos organizativos.
- Exigir
al Estado colombiano se investigue de manera concentrada el crimen de lesa
humanidad de persecución contra de la Organización Femenina Popular – OFP,
atendiendo a la sistematicidad y conexidad de los crímenes. De no existir
una respuesta adecuada, en un plazo razonable y con la debida diligencia,
decida transmitir estos hechos a la Fiscal de la Corte Penal
Internacional, para que se inicien las investigaciones que correspondan.
- Requerir a
la sociedad, a los medios de comunicación y las expresiones organizativas
de la sociedad, a incluir en sus agendas y escenarios de reflexión, un
análisis permanente que visibilice la violencia contra los procesos
organizativos de las mujeres, así como las afectaciones e impactos en el
cuerpo y la vida de las mujeres.
B. Violencia
sexual
- Condenar a los actores
armados como autores mediatos de los crímenes de violencia sexual contra
las mujeres, entre ellos: violación sexual, abuso sexual, esclavitud
sexual, aborto forzado, esterilización forzada, embarazo forzado,
prostitución forzada.
- Condenar a los
agresores por la violencia sexual contra las mujeres.
- Condenar al Estado
colombiano por su responsabilidad frente a la falta de debida diligencia y
en consecuencia impunidad en los casos de violencia sexual contra mujeres
tanto en el conflicto armado como por fuera de este.
- Exigir al Estado
colombiano que no decrete amnistías ni de jure ni de facto para estos
crímenes en el marco del proceso de paz.
- Exigir a la rama
judicial, y la fiscalía cumplir con la debida diligencia, aplicar las
reglas de procedimiento y prueba de la Corte Penal Internacional para
estos casos, y mantener una unidad investigativa que trate la violencia
sexual como un problema estructural y no de casos aislados.
- Exigir al Estado
implementar la R.1325 y sus resoluciones conexas en el país.
- Exigir del
ministerio de salud la atención psicosocial a las víctimas y sus familias,
sin limitarlo a la denuncia de los casos ante el sistema penal.
- Exigir al Estado que reconozca
la real magnitud de la violencia sexual en el país, sus efectos negativos
en la vida y cuerpo de las mujeres y desde ahí mejore el diseño e
implementación de sus políticas públicas y programas.
- Exigir al Estado colombiano que
repare de manera integral, idónea y efectiva y brinde garantías de no
repetición a las mujeres víctimas de violencia sexual.
C. Violencia
socioeconómica.
1. Condenar al estado
colombiano por acción y omisión al promover políticas de despojo en detrimento
de sus obligaciones de respeto, protección y garantía de derechos de las
mujeres, así como al permitir, facilitar y dejar en la impunidad tales
violaciones.
2. Condenar al Estado
colombiano por las violaciones de los derechos de las mujeres con ocasión del
desarrollo de los megaproyectos de extracción y aprovechamiento de recursos
naturales en el Páramo de Santurbán, en los monocultivos de palma aceitera y en
Hidrosogamoso.
3. Instar al
ministerio de trabajo a garantizar y vigilar las condiciones laborales de las
mujeres en Ecopetrol.
4. Instar al Estado
Colombiano para que a través de todos sus órganos tome medidas eficaces de
garantía y protección integral a los derechos de las mujeres que permita su
plena realización social y económica.
5. Condenar a las empresas
ISAGEN, ECO-ORO, ECOPETROL, Palmas Bucarelli y Palmas Monterey así como las
demás empresas involucradas en los hechos de violación de derechos económicos,
sociales y ambientales traídos y conocidos por el tribunal, por su abuso de
poder.
D. Violencia
de género - Feminicidios.
- Condenar al
Estado colombiano por los casos de feminicidio ocurridos en el país como
consecuencia de la falta de garantías para la seguridad de las mujeres, la
impunidad en estos casos y la ausencia de políticas públicas idóneas para
enfrentar este problema.
- Condenar a
los responsables de asesinatos de mujeres por el hecho de ser mujeres.
- Conminar al
congreso de la república aprobar la ley que tipifica el feminicidio como
delito autónomo y reformar las leyes que le sean contrarias.
- Exigir al
ICBF que no otorgue la custodia de hijos e hijas a asesinos de mujeres y
cumpla con su responsabilidad en los casos de hijos e hijas de mujeres
asesinadas, en especial de aquellos niños que tienen una protección
reforzada por su condición de discapacidad, pobreza, entre otras.
- Exigir
a
la rama judicial, y la fiscalía cumplir con la debida diligencia, y
aplicar los estándares internacionales en materia de violencias de género.
- Requerir
a
los medios de comunicación, a la fiscalía, personerías, defensorías,
procuraduría, policía para que no le den tratamiento de casos “pasionales”
a los asesinatos de mujeres.
E. Violencia
simbólica y cultural.
- Exigir del Estado la
constitución de una comisión de mujeres sabias que generen una propuesta
transformadora de la institucionalidad vigente, especialmente en el ámbito
de la educación y la cultura, en cumplimiento de sus compromisos y
obligaciones internacionales de la CEDAW y Belem do Parà.
- Requerir a la
sociedad, a los medios de comunicación y las expresiones organizativas de
la sociedad civil a deconstruir la cultura patriarcal, transformando los
procesos formativos en todas sus expresiones y las prácticas sociales
discriminadoras que anulan o debilitan la autonomía de las mujeres.
Finalmente,
Animamos
a las mujeres y sus organizaciones, así como a la sociedad en su conjunto a
aunar esfuerzos para visibilizar y denunciar esta situación de desigualdad,
pérdida de soberanía, del territorio y de violaciones de los derechos de las
mujeres.
MOVIMIENTO SOCIAL DE MUJERES CONTRA LA GUERRA Y
POR LA PAZ
CONVOCAN: ORGANIZACIÓN
FEMENINA POPULAR,CORPORACION COMPROMISO, COORDINADOR
NACIONAL AGRARIO,
UNION SINDICAL OBRERA – USO, ASAMBLEA PERMANENTE DE LA SOCIEDAD CIVIL POR LA PAZ, PROCESO DE
COMUNIDADES NEGRAS,
ASFADDES- SANTANDER,
AREA MUJER DEL CRIC, CONSEJO REGIONAL INDIGENA DEL CAUCA, SEMILLAS
DE LA GAITANA, TIERRADENTRO,
UNIDAD SOCIAL POPULAR.
APOYAN: EQUIPOS CRISTIANOS DE ACCIÓN POR LA PAZ, CORDAID, HEKS, KAIROS, GOBERNACION
DE SANTANDER, CENTRO INTEGRAL DE LA MUJER ALCALDIA DE BUCARAMANGA.
Bucaramanga,
26 de noviembre de 2012
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