Con ocasión de la conmemoración del 1 de
mayo, día internacional de los trabajadores, la campaña por trabajos decentes y vida digna, hace un pronunciamiento y envía
un comunicado a la opinión pública, sobre la situación del mundo del trabajo en Colombia y la
situación de la clase trabajadora.
Déficit
de trabajo decente en Colombia
Imágenes
y paradojas 2011 - 2012
Si fuéramos a describir visualmente la realidad
laboral colombiana, diversas fotografías nos mostrarían los claros y los
oscuros, las luces y las sombras, las alegrías pocas, los enormes esfuerzos y
las muchas vicisitudes de los trabajadores y trabajadoras del país.
Una realidad compleja que nos lleva a concluir de
nuevo que a pesar de algunos esfuerzos legales, de algunos muy buenos
discursos, o de algunas acciones del Estado o de algunas empresas, el déficit
de trabajo decente es enorme y la
valoración que los ciudadanos y ciudadanas hacen de la calidad de su vida y de
los ingresos que reciben por su trabajo es muy mala. Sigue siendo la principal
preocupación nacional como lo muestra por ejemplo la encuesta de Napoleón
Franco publicada por Semana el domingo 22 de abril pasado.
El collage de imágenes que pueden resumir el
panorama, la coyuntura laboral en este último año podría estar conformado por
estas fotografías:
- Casi cuatro mil trabajadores y trabajadoras
firman una convención colectiva sin precedentes con la empresa Carrefour, la empresa
y su joven sindicato inician una era nueva de relaciones laborales inédita en
el sector.
- Sin embargo, en casos como los intentos de
crear sindicatos en OMA o en el Municipio de Jamundí ha ocurrido exactamente lo
contrario, persecución, despidos y violencia, la acción del Estado ha sido
penosa.
- El desempleo ha bajado pero la informalidad ha
subido en el país, las estrategias diseñadas para cumplir una importante
promesa de campaña del presidente Santos aun no funcionan.
- Persisten graves fraudes a la ley para seguir
explotando trabajadores, solo en Antioquia se han registrado 20 sindicatos de
manera fraudulenta, para transformar antoguas cooperativas de trabajo asociado
en contratos sindicales.
- El Plan de Acción en derechos laborales no se
ha cumplido, mucho menos el Acuerdo Laboral o el acuerdo para regular el
derecho a la negociación colectiva de los servidores públicos.
- El Ministerio de Trabajo ha sido creado y se
sigue estructurando, pero falta mucha eficacia, sobre todo en la inspección.
- El Gobierno nacional no ha podido poner en
vigencia el decreto concertado con todas las organizaciones sindicales del
sector público hace más de un año para reglamentar su derecho a la negociación
colectiva.
La
clave: la desigualdad persiste
Según la Encuesta de Calidad de Vida del DANE,
Colombia tiene un récord que pocos países alcanzan: el 10% más rico de la
población se queda con la mitad del PIB, mientras al 10% más pobre apenas le
caen de la mesa las migas del 0,6 por ciento del PIB. Para colmo, cada uno de
los afortunados en la franja de los más pobres que tienen trabajo mantiene a
seis personas en promedio, en tanto que los del tope de la pirámide sostienen
solo a dos.
Por otro lado, al mirar los
ingresos percibidos según categoría ocupacional las cifras son más alarmantes:
con ingresos de menos de un SMLV se encontró el 73.7% de los trabajadores
agropecuarios y forestales, el 56.1% de los trabajadores de los servicios, el 55.7% de los comerciantes o
vendedores; y el 47.5% de los
trabajadores y operadores no agrícolas.
La mayor proporción de
trabajadores entre uno y dos SMLV se ubicó en la categoría “personal
administrativo”, con el 53.9%, mientras que el mayor número de personas que
afirman recibir un salario superior a 4 SMLV correspondió a la categoría de “Directores y funcionarios públicos”, con el 36.2%.
Oportunidades
de empleo: precarias
1. Sigue
la desindustrialización
El mercado laboral mantiene un alto nivel de
informalidad, de desempleo y sub empleo, siendo las mujeres, los jóvenes y los
trabajadores no calificados los que presentan las la menor calidad en el empleo.
Según el DANE, en 2011 la población
económicamente activa fue de 22´441.000 personas, de las cuales, 20´017.000
eran ocupados (56.8%), y 2´425.000 desempleados (tasa de desempleo 10.8%), disminuyendo
una décima con respecto a 2010.
Las ramas que más aportaron al empleo
fueron comercio (26.4% de participación), servicios comunales (19%), agricultura (18.1%),
industria manufacturera (13.0%). Las ramas que menos aportaron fueron
suministro de electricidad, gas y agua (0.5%), explotación de minas y canteras
e intermediación financiera, ambas con el 1.2%.
Una investigación del
Banco de la República mostró que el sector industria no ha compensado la
creación de puestos de trabajo, pues si bien responde por casi el 13% del
empleo nacional, la realidad es que ha sido mayor la destrucción de puestos en
los últimos 15 años. La tasa de destrucción fue de 10.4%, mayor que la de
creación: 10%.
El DANE encontró que el 14.9% de la
población tiene primaria completa y un 24.2% la secundaria completa como su
nivel máximo de estudio. Sólo un 10.5% tiene educación superior completa, lo que
confirma que la mano de obra colombiana es poco calificada.
2. Aumentó el trabajo sin remuneración y el
trabajo informal
De acuerdo con el DANE, los trabajadores
por cuenta propia, informales y demás, representaron el 43.6% del total de
ocupados, y los empleados particulares, con el 34.2% de participación.
Es notable el crecimiento de las categorías
de trabajador sin remuneración en otras empresas, que aumentó en 16.4%, y trabajador
familiar sin remuneración, que aumentó en 6.6%.
Los empleados del gobierno tuvieron un
marginal crecimiento de 0.4%, y la posición patrón o empleador presentó una variación de
2.2%; los trabajadores jornaleros o peones aumentaron en 3.1%.
3. Casi la mitad de los trabajadores gana
menos del salario mínimo
El 49.2% de los ocupados a nivel nacional
tuvo ingresos menores a un salario mínimo mensual legal vigente (smmlv),
porcentaje similar al año anterior, que era de 50.5%. Un 35.3% del total de
ocupados recibió de 1 a menos de 2 smmlv, y apenas un marginal 5% recibió de 4
a más smmlv.
En algunos sectores económicos la situación
es más grave, como en la Agricultura, donde el 73.1% de los trabajadores ganaba menos de un SMMLV,
y en el comercio el 54.1%.
4. Las mujeres, con los trabajos peor remunerados
La tasa de desempleo femenino, aunque bajó
levemente en el último año, se ubicó 6,2% por encima de la tasa de desempleo
masculino. Y del total de ocupadas, el 54,4% era en condición de informal,
frente al 48.6% de hombres en esta condición.
Las mujeres constituyen el 68,35% del total de
personas ocupadas en los servicios sociales, comunales y personales. Ellas se
ocupan mayoritariamente de las labores que atañen al cuidado de la sociedad.
La
situación de las mujeres en las zonas rurales es muy grave. La tasa de
ocupación femenina es de 31,7%, mientras que la masculina es 73,9%. La tasa de
desempleo femenino rural es de 15,1%, o sea 4.3% por encima de la tasa de
desempleo nacional, y 10,9% mayor que la tasa de desempleo rural masculino.
En cuanto a ingresos, en las áreas rurales los
salarios son considerablemente bajos. El 61% de las mujeres devengan entre 0 y
0,5 S.M.L.V. El 35,2% de hombres devengan entre 0,5 y 1 S.M.L.V, mientras que
sólo el 21,4% de mujeres logra alcanzar este rango de ingresos.
5. Juventud con el doble del desempleo
Para el 2011 los jóvenes tenían una tasa de desempleo del 19.8% (1´136.000 de
jóvenes está en esta condición), casi el doble que la nacional. Pese a que significó
una disminución de dos puntos con respecto al 2010.
Las mujeres jóvenes siguen presentando la mayor
precariedad laboral, con una tasa de desempleo del 26,5%, superior en 11 puntos
a la de los hombres jóvenes, que es de
15,2%. Todo esto se traduce en menos posibilidades de superar inequidades de
género desde la generación de ingresos para la independencia económica de las
mujeres.
6. La informalidad no para de crecer
En las 13 áreas metropolitanas el número de
ocupados informales no para de crecer. En tal condición en 2011 se encontraron
4´932.000 personas, incrementándose con respecto a 2010 en 3.4%. Una
característica de esta población es que es mano de obra poco educada: apenas el
52.5% de los informales tiene secundaria como máximo nivel educativo, y un
preocupante 30.3% tiene como nivel máximo la primaria, sólo un 14.3% educación
superior.
La mayor participación la presentaron los
trabajadores por cuenta propia, con el 59.8%, con un incremento de 4.5% con
respecto a 2010. La mayoría de estos trabajadores está excluida de protección
social integral y del concepto de “Trabajo Decente”.
Las ramas de actividad económica que más
población informal agrupan son: comercio, hoteles y restaurantes (41.5%, con un
crecimiento de 4.8%); servicios comunales, sociales y personales (16.3%);
industria manufacturera (13.7%), transporte, almacenamiento y comunicaciones (11.7%).
El tema de seguridad social para
los informales es crítico. Las estadísticas de 2011 dicen que sólo 501.000
informales (10.6% del total) contaban con seguridad social (salud y pensión),
frente a 4´431.000 sin salud ni/o pensión.
Para las 13 áreas
metropolitanas la informalidad es en promedio superior al 60%. La mayor tasa la
tiene Cúcuta (69.2%), Montería (65.2%), Pasto (64.3%), Villavicencio (63.1%) e
Ibagué (61.5%). Sólo tres áreas metropolitanas presentaron una tasa de informalidad
inferior al promedio, así: Medellín (46.9%), Manizales (45.6%) y Bogotá
(45.6%).
7. La ley de formalización y primer empleo: Aun
no genera empleo formal.
La Ley 1429 de 2010, de Formalización
Empresarial y Primer Empleo, tiene en la actualidad un balance regular en
materia de generación de trabajo decente para la juventud, cuando se esperaba un
impacto importante a partir de la exención de parafiscales, e impuestos de
renta a las empresas formales que contrataran menores de 28 años.
El Ministerio del Trabajo
reveló que 44.035 empresas contrataron a 395.266 menores de 28 años, más de la
mitad en grandes empresas de construcción, comercio, manufacturas y servicios, sectores
en los que mayoritariamente se encuentran los jóvenes. Sin embargo, en general,
no proporcionan seguridad social, pues solo el 3% de las
empresas beneficiaras de la ley se acogieron a la norma de crear empleos y
pagar la seguridad social de sus empleados.
El caso
de los trabajadores de los puertos de Colombia, muestra cómo han sido insuficientes
las normas que buscan superar la intermediación laboral de las cooperativas de
trabajo asociado (CTA), como el Decreto 2025. En los puertos de Buenaventura,
Cartagena, Barranquilla y Santa Marta ni se acabó la tercerización, ni las
sociedades portuarias vincularon directamente a los trabajadores de las CTA,
que era el espíritu que alentaba el decreto. Las CTA se convirtieron en
Agencias de Empleo Temporal o en Sociedades Anónimas Simplificadas (SAS); es
decir, otras figuras jurídicas que realizan las mismas actividades e
intermediación que hacían las CTA.
L
as
libertades sindicales en mínimos
1. Sigue cayendo la tasa de afiliación a
sindicatos
Según la base de datos de la ENS, en el 2011 el
número de afiliados a organizaciones sindicales se incrementó en 2.3%. Pero como
creció más el empleo, el resultado es un descenso de la tasa de sindicalización
respecto de la población ocupada con potencialidades de sindicalización: del
4.5% en el 2010, bajamos al 4.4% en el 2011, una de las tasas de sindicalización
más bajas del planeta.
Y pese a que en el Plan de acción en derechos
humanos(Acuerdo Santos Obama) se incluyó el establecimiento de sanciones
penales a quienes afectaran la libertad sindical, un tema que se incluyó en la
legislación a través de la ley 1453 que reformó el artículo 200 del código
penal, la reforma no incluyó la protección del derecho de negociación
colectiva, ni contempló una amplia gama de prácticas antisindicales que
promueven las empresas para evitar que los trabajadores se organicen o
fortalezcan sus organizaciones sindicales. Hasta la fecha no se conoce ninguna
sentencia donde se sancione con pena de prisión a algún empleador por violar la
libertad sindical.
2. Negociación colectiva, ínfima y estancada.
Cada año se están negociando en promedio 352
convenciones colectivas y 177 pactos, la mayoría de ellos con dos años de
vigencia. En total, están vigentes en el país 1.001 convenios colectivos de
trabajo, 543 convenciones colectivas (54.24%), 405 pactos colectivos (40.45%),
y 53 contratos sindicales (5.29%). En su conjunto, estos convenios benefician a
478.906 trabajadores y trabajadoras: 381.368 por convenciones colectivas,
91.530 por pactos y 5.198 por contratos sindicales. Apenas en el 3.85% de las alrededor de 26.000 empresas existentes en el país, entre medianas y
grandes, existe algún convenio colectivo de trabajo, y apenas en el 2.08% éste
convenio se firmó con algún sindicato.
La precaria presencia que tiene el Diálogos Social en el sistema de
relaciones laborales en Colombia es el resultado de una cultura antisindical
muy arraigada en la mayoría de los empleadores, en sus gerentes y directores de
relaciones laborales, y en sus asesores jurídicos, cultura que se expresa en su
abierta oposición a admitir que los trabajadores se organicen en sindicatos.
3. Sindicatos, perseguidos sistemáticamente
Los avances
jurisprudenciales y legislativos han producido, como reacción, el ataque por
parte de empleadores inescrupulosos para evitar la existencia de organizaciones
sindicales o su actuación. Se evidencia de manera general la persistencia de
una cultura antisindical, y la carencia de mecanismos efectivos de protección,
inspectores y jueces que tardan años en la resolución de conflictos, generando
un efecto negativo a la asociación sindical.
Por ejemplo, en la
cadena de restaurantes OMA, los trabajadores decidieron crear la organización
sindical SINTRAOMA COLOMBIA, filial de la CGT, pero desde su fundación fue
víctima de los actos más deplorables ejercidos contra este derecho fundamental.
También
Los
trabajadores del sindicato SINTRAMINIPAK, han venido enfrentando actos de acoso
laboral por el hecho de pertenecer al sindicato, como acciones contra sus
directivos, quien han recibido sanciones injustificadas (suspensiones de entre
15 y 45 días sin salario) sin el cumplimiento del debido proceso, afectando su
vida personal y el trabajo sindical, sin que las querellas administrativas
hayan logrado proteger a la organización sindical.
Sindicato de Empleados Públicos del Municipio de
Coveñas, Sucre, “SINDEMPOV”, ha sido
víctima de acoso, persecución sindical y abusos desde febrero de 2011. Han sido
despedidos funcionarios de nómina y con órdenes de prestación de servicios,
violando su derecho de fuero sindical, práctica que algunos jueces han aceptado
dejando sin protección la acción de fuero sindical.
También en BRINKS DE COLOMBIA se ha dado una
constante persecución contra los y las trabajadoras de SINTRABRINKS, vulnerando
el derecho fundamental a la asociación sindical, además de los despidos
constantes, la empresa ha realizado reuniones con los trabajadores que se
afilian al sindicato para persuadirles de retirarse del mismo.
4. Huelgas: criminalizadas
La
discriminación y la criminalización de las huelgas, son prácticas que minan el
dialogo social, en el caso de Campo Rubiales y la empresa multinacional
canadiense Pacific Rubiales, que ha mantenido trabajadores tercerizados en
condiciones deplorables: carpas para 140 personas, 40 duchas por cada 1.400
trabajadores, vinculados a través de contratos basura en empresas temporales de
21 días de duración y 7 días de descanso sin pago, previo a la firma de nuevos
contratos, y una grave falta de protección del Estado en casos de accidentes de
trabajo. Esto generó que el 19 de julio de 2011 se diera un paro de 1.100
trabajadores contratistas, lo que generó represión violenta de la policía y el
despido de todos éstos trabajadores. Días después fueron despedidos 19 porque
les encontraron boletines sindicales. El 18 de septiembre se dio una nueva huelga
de 11 mil trabajadores en 16 empresas, porque los acuerdos alcanzados para
levantar el paro anterior fueron incumplidos, y las medidas de salubridad
tomadas han sido insuficientes.
5. Crece la protesta ciudadana por razones laborales
En
2011 se registraron en el país 198 movilizaciones
de este tipo, con un
incremento de 10.61% con respecto al año anterior: 19 movilizaciones más, cifra
récord en los 21 años de seguimiento
a esta actividad. Este aumento de la protesta podría estar indicando, en primer
lugar, el incremento del inconformismo articulado en derechos y
reivindicaciones que el Estado social debería garantizar, pero que no lo hace.
Y en segundo, que en el Gobierno Santos las condiciones democráticas están
menos limitadas con respecto al gobierno anterior.
Si se comparan todas las variables por tipo de
acción, encontramos el predominio de los bloqueos (41), seguidos por las
jornadas de protesta (29), las huelgas (26), el mitin o plantón (26); los paros
(24); las marchas (21); toma de instalaciones (14); huelgas de hambre (4);
otras (13).
En cuanto a la localización geográfica de la
protesta, tenemos que en las ciudades y municipios hubo 158 acciones. Las más
destacadas, en su orden, fueron Bogotá (28 acciones), Medellín (19),
Barranquilla (18), Cali (16) y Puerto Gaitán (7). Después se ubican
Bucaramanga, Barrancabermeja, Cartagena, Sincelejo y Cúcuta. Llama la atención
que sumando las cinco primeras ciudades, ocupan casi el 45% del total.
6.
Violencia contra sindicalistas: ¿Se mantiene la tendencia?
Violaciones al derecho a la vida, a la libertad y a
la integridad física de sindicalistas en Colombia, 2011- 2012 (abril 28)
Año 2011 2012
Tipo de Violación N°
Casos % N°
Casos %
AMENAZAS 524 75,18% 73 70,87%
ATENTADO CON O SIN
LESIONES 12
1,72% 2 1,94%
DESAPARICIÓN 3
0,43% 1 0,97%
DESPLAZAMIENTO FORZADO 50 7,17% 9 8,74%
DETENCION ARBITRARIA 16 2,30% -
0,00%
HOMICIDIOS 30 4,30% 7 4,85%
HOSTIGAMIENTO 57 8,18% 12 11,65%
SECUESTRO 3 0,43% -
0,00%
TORTURA 2 0,29% 1 0,97%
Total general 697 100,00% 105
100,00%
Protección social: La
mayoría sigue excluido
1. Régimen pensional:
Aunque
la economía y el empleo crecieron de manera significativa durante 2001, no lo
hizo así la población que se encuentra afiliada y que cotiza de manera activa
al régimen pensional, a cesantías y riesgos profesionales. Según datos de la
SUPERFINANCIERA, al 31 de diciembre de 2011 cotizaba a pensiones apenas el
29.4% de la población ocupada, con una disminución de -0.46% con respecto a
2010. Quiere decir que aunque la economía creció 5.9% y el empleo aumentó en
6.24%, la mayor parte de los empleos que generó este crecimiento son de mala
calidad, precarios, al margen de la protección social, y que el trabajo en la
economía informal, antes que ceder se incrementa.
Esta situación es el
resultado de un modelo pensional diseñado para incluir sólo a quienes trabajan
en la economía formal y tienen en ella una relativa estabilidad laboral, como
lo indican la diferencia de casi 10 millones de personas entre trabajadores
afiliados y afiliados cotizantes.
2. Protección
en salud laboral:
A pesar
de los discursos de aumento de cobertura, el sistema de seguridad social en
riesgos profesionales ha fracasado en su principio de lograr la
universalización. Continúa la exclusión del sistema de riesgos profesionales de
dos terceras partes de la población ocupada. En el 2011 estaban afiliados a este
régimen 7.492.410 trabajadores(as), o sea el 37% de la Población ocupada. Es
decir, más de 12´524.590 no cuentan con el aseguramiento en riesgos
profesionales.
3. Crecen accidentalidad laboral, enfermedades
profesionales y muerte en el trabajo
En el 2011
se presentaron 546.358 accidentes laborales, reconocidos y reportados por el
sistema de riesgos profesionales, un sistema que sólo cubre una tercera parte
de la población ocupada, lo que supondría un número al menos dos veces mayor de
ocurrencia. Pero de ese total de
accidentes reportados, 442.898 son reconocidos como de origen laboral, quedando
más de 93.000 a los que no se les reconoce esa condición. Por sectores
económicos, la mayor accidentalidad se presentó en agricultura, industria
manufacturera, minería, electricidad y construcción.
4. La enfermedad profesional
La enfermedad
profesional también ha aumentado. Mientras que la afiliación entre 2007 y 2011
aumentó en 1,78%, el aumento de la enfermedad laboral fue escandaloso, del 38% cada
año en promedio. Es decir, cada vez se presentan más del 38% de enfermedades
producto de la forma y de las condiciones de como se trabaja. En el año 2011 ocurrieron y fueron reportadas
más de 12.000 enfermedades profesionales, pero tan solo se calificaron como
tales 9.117. Es decir, ocurre lo mismo que con accidentes de trabajo y mortalidad:
se desconocen como una estrategia de rentabilidad.
5. La
muerte en el trabajo
La extensión de formas precarias y peligrosas de
trabajo han aumentado la mortalidad en el trabajo, aunque no se las reconozca
como tales por el predominio de los sistemas mercantilistas de seguros contra
accidente y muerte laboral implementados con la Ley 100 de 1993; y porque la
mayoría de la población trabajadora no está afiliada al sistema de riesgos.
No obstante, hasta septiembre del 2011 se había reconocido
683 muertes por formas precarias de trabajo, que al hacer la proyección a
diciembre del 2011, se presentarían 910 muertes, con una tasa promedio de cerca
de 5 muertes por cada 100.000 trabajadores.
Las actividades inmobiliarias (25%) la construcción (13,7%), el
transporte y la minería (12%) son los sectores y actividades económicas que
ponen más muertes laborales.
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