ENCUENTRO DEL NODO NORORIENTAL DE LA RED NACIONAL DE SEMILLAS LIBRES



23 de Marzo de 2018- Casa Campesina de Piedecuesta

El alimento es vital…. Y el campesino también…



Conservar, proteger las semillas criollas y mantener nuestros territorios libres de transgénico son las tareas que definieron los 46 delegados de los procesos sociales procedentes de Lebrija, Tibú, cepita, Piedecuesta, Surata, Cachiri, San Vicente, Carmen de Chucuri, San Gil, San Andrés y Matanza, reunidos en el encuentro del nodo de semillas libres el pasado 23 de marzo en el municipio de Piedecuesta.  

Se resalta la importancia social y política de este primer encuentro autónomo de semillas en Santander, por su organización, la nutrida participación y la autofinanciación de los costos por los participantes, un buen ejemplo.

Los y las participantes construyeron un plan de trabajo teniendo en torno a tres ejes centrales: identificar y recuperar semillas; hacer incidencia ante las autoridades locales para garantizar la protección y defensa del territorio y desarrollar acciones de comunicación para posicionar las  problemáticas y las alternativas de soluciones.

Algunas acciones para desarrollar en el 2018:
*   Mantener y fortalecer los intercambios de semillas y razas criollas en las comunidades y en los espacios de los mercados campesinos.
*   Avanzar en los inventarios de semillas criollas y trabajar en su recuperación y reproducción,
*   Fortalecer la conciencia de los campesinos en el cuidado, conservación y reproducción de las semillas.
*   Capacitación en la elaboración de alimento orgánico para gallinas criollas
*   Trabajar colectivamente para institucionalizar las experiencias de mercado campesino urbano con un lugar fijo para su realización en los municipios.


 La Red Nacional de semillas libres desarrolla su trabajo desde tres ejes: Incidencia política sobre las semillas; generación de redes de trabajo en las regiones de Colombia y acciones de capacitación, investigación y comunicación.


Desde la Red se promueve el control sobre las semillas criollas, las gallinas, los patos, cabros y los cerdos criollos. Y  hace el llamado sobre el impacto negativo de las semillas certificadas y transgénicas en la vida campesina, en la producción, y por sobre todo, en la soberanía alimentaria de los colombianos. Las semillas certificadas y transgénicas son patentadas y en la venta de la semilla cobran la propiedad intelectual, por ello explica porque persiguen las semillas criollas.

Sobre las Semillas recordamos que entre 1980 y 1990 llaga a Colombia la ola de producción y venta de semillas certificadas, patentadas por empresas, la mayoría de origen extranjero, que  en forma segura las introducen en el mercado, con el argumento de mejor productividad. Pero no dicen la verdad completa, no dicen que para lograr los mejores rendimientos tienen que abonar y fumigar con productos de síntesis química en varios momentos del ciclo productivo. Producen más, pero a mayor costo.

Todas las semillas certificadas amenazan la diversidad genética presente en los campos de Colombia, generando lo que se conoce como Erosión Genética. Las semillas mejoradas en laboratorio disminuyen su base genética, lo cual incrementa su vulnerabilidad (susceptibilidad) a enfermedades e insectos. Además, la erosión genética y sus peligros se debe al abandono de razas criollas (autógamas) y sustitución de sistemas tradicionales de cultivo.

Las semillas criollas hay que identificarlas, evaluarlas y conservarlas como semillas vivas, lo cual implica que todas ellas se siembren periódicamente, a fin de obtener semilla nueva y continuar el ciclo de reproducción y consumo.

Semillas Propias: Son variedades de semillas que han sido cultivadas, desarrolladas y conservadas mediante prácticas ancestrales y tradicionales de selección genética e innovación por comunidades agrarias empleando los elementos de la biodiversidad y el conocimiento asociado. Estas constituyen el primer eslabón de la soberanía alimentaria de las poblaciones rurales y un componente fundamental para la conservación de la diversidad agroalimentaria, la mitigación de los efectos del cambio climático y la conservación de territorios libres de transgénicos. Estas variedades, independientemente de su origen, se encuentran adaptadas a las prácticas agrícolas y a los ecosistemas locales.

Uno de los temas trabajados en el evento y de mayor preocupación fue la política mundial conocida como revolución verde. Esta, durante años se dedicó a realizar cruces selectivos de variedades de trigo, maíz y arroz en países en vías de desarrollo buscando el incremento de la productividad agrícola entre 1960 y 1980, medio del uso de fertilizantesplaguicidas y riego. De esta manera combate la baja producción agrícola con los métodos tradicionales

Con la revolución verde se amplió la utilización de maquinaria agrícola: sistemas de riego, y medios de transporte de alimentos; la producción de agroquímicos: Abonos o fertilizantes, herbicidas, plaguicidas, insecticidas y la biotecnología: producción de semillas mejoradas, hibridas y transgénicas.
Al final del encuentro del nodo, los campesinos  realizaron el intercambio de semillas criollas en  el compromiso de garantizar su reproducción y compartirlas en las veredas con otras familias.

El intercambio siguió los siguientes criterios: a) el clima de donde proceden (caliente, frio, medio); b) el uso, alimentario, forestal, aromáticas, medicinal; c) el nombre del custodio que la facilita; d) el custodio o campesino que la recibe.  De esta manera se controla el destino de las semillas y la reproducción de las mismas.


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